Vicente Llanquinao, Gerente de Cervecería Sturnella

Titulado en la UFRO como Ingeniero Civil en Biotecnología, ha volcado sus conocimientos en la creación de seis variedades de cervezas que destacan por su calidad premium: Irish Extra Stout, English Ipa,  Amber Ale Araucana, British Golden Ale, Irish Red Ale y London Porter Cacao, todas en envases de vidrio retornable para aportar al medioambiente.

“Sturnella es el nombre latín de la Loica, ave que abunda en estos campos, de ahí viene la inspiración para la marca de nuestra cervecería”, explica Vicente Llanquinao Vidal, Ingeniero Civil en Biotecnología y Gerente General de Cervecería Sturnella, cuya fábrica se encuentra ubicada en los campos del camino que va de Temuco a Tromén, las mismas tierras en que vivió su abuelo paterno.

Antes de salir de la universidad Llanquinao inició el emprendimiento de la Cervecería Sturnella. “Nuestra carrera era nueva, yo pertenecí a la primera generación, y se veía escaso campo laboral en la biotecnología”, recuerda, explicando que “Chile podría se una potencia en el área de la ciencia, el científico chileno es muy valorado en otros países. Pero Chile no le da la oportunidad a la ciencia ni a la investigación, prefiere explotar sus recursos naturales”.

Desarrollo y crecimiento

Entonces, el emprendedor decidió enfocarse al cien por ciento en la cervecería, tomando como base la biotecnología, una industria que involucra conocimiento, desarrollo ingenieril. “La cervecería artesanal es una industria menor, aun en pañales, y posteriormente se puede pasar a una destilería, que son palabras mayores, pero que está en nuestros planes a futuro”, explica.

Las empresas requieren de mucho esfuerzo para llevar adelante un proceso de maduración, y ese proceso nunca está exento de altibajos. “El 2014 empezamos siete socios, luego bajamos a cinco, a tres y hoy quedo sólo yo, junto a mis trabajadores”, menciona, “emprender es difícil, hay que pasar meses sin sueldo, invirtiendo todo en la empresa, sin vacaciones, con infraestructura básica, fabricando nuestros propios equipos, con meses buenos y meses malos, endeudarse para crecer y muchos otros detalles”.

El mercado

Luego llega la etapa de insertarse en el mercado. Lo que tampoco es fácil. “La gente piensa que es llegar y crear algo y salir a venderlo, pero no es así. Se requieren técnicas de venta, dar a conocer el producto”, explica.

Al inicio, se producían unos mil litros de cerveza en dos días, trabajando casi como unos ermitaños. “Hoy podemos producir esa misma cantidad en ocho horas y nuestro objetivo es llegar a producir 25 mil litros al mes”, destaca el emprendedor, indicando que se requiere ser muy metódico para llegar a cumplir con estos objetivos, lo que además significa un aumento en las ventas, puesto de trabajo y movimiento de la economía en general.

Tras un importante proceso que duró unos 24 meses, actualmente la Cervecería Sturnella se ha posicionado como una de las mejores del mercado, y se encuentra en un proceso de expansión, agrandando la fábrica y enviando productos a otros lugares del país. Hoy se encuentran distribuyendo entre Chillán y Puerto Montt, el objetivo es ampliarse hacia el norte hasta Santiago.

Estallido y pandemia

El estallido social de octubre produjo un freno en las ventas, pero para el verano ya nos íbamos recuperando, enero y febrero nos permitieron equilibrar con los meses anteriores, y marzo ya iba bien, un mes caluroso y sin lluvias… hasta que comenzó la pandemia.

“Conversamos con los trabajadores y hemos seguido funcionando, con ventas por delivery y harto marketing por redes sociales (@cerveceria_sturnella en Instagram)”, relata Llanquinao, “ahora estamos planeando implementar un espacio aquí mismo junto a la fábrica, para que los clientes puedan venir a conocernos, comprar e incluso consumir en un entorno natural, limpio, y con las aves que le dan nombre a la nuestra marca”.

Cultura cervecera

Según Llanquinao, hoy como país nos encontramos en una etapa avanzada de cultura cervecera: “Hace unos quince años surgieron las primeras cervezas artesanales, unas buenas, otras no tan buenas. Luego empezaron a aparecer las variedades. El tercer nivel (en 2013, 2014) aparecieron estilos de cerveza, con un consumidor mucho más culturizado. Hoy nos encontramos en un cuarto nivel de exigencia, donde el consumidor distingue calidad, estabilidad, carbonatación, cristalinidad, que esté bien elaborada según el estilo, retención de espuma, todo ello al mismo nivel de las que vienen del extranjero, eso es lo que hoy exige el consumidor y el mercado”, puntualiza.

Consejos a emprendedores

Al finalizar, Vicente Llanquinao reflexionado. “Para tener éxito en las empresas creo que hay que considerar dos claves: cumplir la palabra y ser constante. Desde los inicios, cuando comprábamos un saco, dos sacos a nuestros proveedores, les pagábamos en efectivo. Luego compramos 50 sacos en dos cuotas, una al día y otra a 30 días. Hasta que hemos llegado a comprar 4 a 5 toneladas de grano para la temporada. Siempre pagando y manteniéndose al día, no hay que fallarle a la gente”.

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