Cuando llegó Sportlife a Temuco en 2005, se trató de una apuesta a nivel nacional.

Como fitness club, el desafío fue ajustarlo a las necesidades y entregar un servicio que fuera distinto a lo que podía ser un gimnasio común. Dar una visión y apoyo integral al alumno fue –y es- la propuesta de valor que los caracteriza.

Se hicieron cargo a nivel regional, con una visión y forma de trabajo con foco en La Araucanía. Como gimnasio, vieron que principalmente el fitness grupal y el entrenamiento indoor eran importantes y lo complementaron con un apoyo personalizado a cada alumno, transformándose en un acompañamiento y orientación de sus procesos.

“En Sportlife se evalúa y hace un seguimiento completo, enfocando a las necesidades del alumno”, destaca el profesor de Educación Física y gerente de operaciones de SportLife en Temuco y Valdivia, Marco Mardones.

La diferenciación y la personalización son protagónicos en el sello que le han impreso a Sportlife, comenta. Ese es uno de los valores que los destacan en el sur de Chile, donde son una franquicia con sedes en Temuco y Valdivia.

“Vemos que la persona pasa mucho tiempo en el gimnasio. Pasa a ser una familia, aquí se deja lo impersonal y transforma el gimnasio en una prolongación de la casa. Buscamos que nuestros alumnos tomen conciencia que la actividad física es parte de la vida, que la prolongará y le hará poder disfrutar a sus nietos”.

Como gimnasio han ido evolucionando y creciendo con los espacios. SportLife es un fitness club, donde se desarrolla fitness grupal, además de entrenamiento funcional, en el cual hay una propuesta para cada gusto y necesidad. “Nuestro servicio es transversal. Por ejemplo, para los niños tenemos el Sport Kids. Es un sello que le hemos dado como equipo en  SportLife, aquí pueden asistir niños, jóvenes, adultos”. La gama de disciplinas incluye también clases de Pilates y Pole Dance.

“SportLife es un club con servicio de excelencia, una comunidad de trabajo, donde hemos pasado prácticamente a ser una familia. La actividad física no es un hobby. Es una necesidad, vemos que los índices de obesidad y sedentarismo van creciendo. Queda mucho por hacer. En estos años hemos visto la evolución y el cambio de mentalidad”, cuenta Mardones. Destaca que ese cambio de visión en las personas hoy se complementa con el impacto de las redes sociales, que ayudan mucho a conocer otras realidades y rutinas, la gente se está entrenando, busca información, compara y se preocupa de la salud. “Hay un entorno positivo para el entrenamiento. Y vemos que quienes entrenan les gusta mucho. Realmente esto se torna una adicción. Quien entra al gimnasio, le gusta. Se aprecia una competición sana, se generan endorfinas, eso es adictivo”. Lo importante, acota, está en que el entrenamiento no se transforme en enfermedad o una obsesión, que sea un complemento a una vida sana.

EXPERIENCIA Y CONOCIMIENTO

Desde que era estudiante, Marco Mardones vio cómo el fitness fue tomando forma en Temuco. Literalmente.

Tanto para profesores como para los alumnos, hace un par de décadas el fitness se veía como un hobby, practicado en forma muy lúdica, con baile y coreografías que se hicieron con más vocación que técnicas. Eso fue evolucionando y dio paso a bases sólidas y a un profesionalismo en su mirada. Ese éxito es el que hace que crezca día a día. Y que en SportLife es muy importante.

“En el caso de SportLife, nuestra base está en profesores capacitados, con mucha experiencia; con clases que se ajustan a las realidades. Antes era aeróbica, hoy lo que la gente busca son resultados. Antes era entretención, desestresarse. Hoy son resultados, como existe acceso a internet y plataformas, hay más conocimientos disponibles y eso obliga a estar más capacitados y actualizados”.

Hace algunos años, Sport Life tenía 600 a 700 socios, hoy son alrededor de 1200. Para Mardones, este crecimiento está basado en el sello regional, con profesores destacados y experiencia. “La gente los sigue, se trata de un equipo docente calificado. En otros gimnasios puede haber gran infraestructura y equipos, pero son las personas quienes hacen la diferencia”. Así, el contacto y comunicación permanente con la Universidad de la Frontera, la Universidad Católica de Temuco y la Universidad Santo Tomás, contribuyen a generar acciones de capacitación y formación, como también a recibir alumnos en práctica que acceden a un gimnasio con trayectoria y focos claros.

“¿Por qué elegir Sport Life y no otro?  Pueden ser gimnasios similares, pero aquí nos preocupamos del servicio, que el alumno se sienta en casa, desde el momento en que entra hasta que se va. Lo guiamos, evaluamos todos los meses, lo acompañamos. Ese es nuestro plus”, concluye Mardones.

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