Multiplica la pasión por las 2 ruedas

Enrique “Kike” Génova ha pasado parte importante de su vida sobre las 2 ruedas. Y ha recorrido el mundo llevando el nombre de La Araucanía hasta los podios más importantes. Varias veces campeón mundial de bicicross en los años ’90 y primera década del 2000. Ganador a los 6, 7, 8 y 11 años. ”Nací arriba de la bici”, comenta riendo. No podría ser de otra manera, ya que viene de una familia con ciclistas destacados. Su abuelo tuvo un gran desempeño en ruta. Familiares como Bruno Génova y Bitgerald Palma Génova son nombres destacados de este deporte. Y uno de los primeros mensajes de este deportista es que  cuando la familia apoya al deportista, e nota. Eso, más el entrenamiento constante y la capacidad propia para ir mejorando en forma permanente.

Kike comenzó con el bicicross y luego con el downhill (descenso). Hoy lleva varios años en enduro, disciplina que mezcla cross country y descenso en un circuito a través de cerros, combinando mucha técnica y, sobre todo, resistencia y rapidez.

“Es una disciplina que crece con fuerza dentro del mountain bike, con 600 pilotos por carrera en promedio”, relata. Ha tenido muy buenos resultados en Chile, pero está complicado de tiempo, producto de sus ocupaciones. Estuvo fuera de las pistas por 2 años, producto de una fractura expuesta muy complicada, pero esta temporada  volvió con todas las ganas y empeño. “La bici es una vía de escape y forma de vida. Me subo a la bici y se acaban los problemas, parto con otro mundo”, destaca Kike. 

Para el mountain bike y sus disciplinas, cuenta, si es que se quiere ser competitivo, hay que tener madurez síquica y, sobre todo, conocer muy bien sus propios límites. 

Le llama la atención cómo ha crecido la cantidad de gente que hace bicicleta en los cerros cercanos a Temuco; quienes están entrenando en las ciclovías; y, quienes circulan en 2 ruedas por la ciudad. A Temuco le sigue faltando una cancha de bicicross, explica, ya que nunca se repuso la que existía en el Estadio Municipal, que es recordada hasta hoy por los temuquenses. Esta fue levantada incluso cuando Kike era campeón mundial y, por más gestiones que hizo, no  fue recuperada.

“Hoy en Temuco el ciclismo está muy fuerte. Siempre estás encontrando gente nueva entrando a este deporte”. El problema es que termina marzo y se acaba la temporada, agrega Génova, y los cultores de este deporte bajan ostensiblemente. Eso debiera cambiar y así aprovechar muy bien los puntos que ofrece Temuco y La Araucanía. “Te alejas un poco y están los mejores lugares de Chile para andar en bici: Loncoche, Villarrica, Icalma. Y sin alejarse mucho, el Conun Huenu, Cerro Mariposa, el Ñielol, Monteverde. Si te alejas un poco más, Angol, donde hay un circuito muy bueno”.

Su visión como deportista la está traspasando a niños de La Araucanía a través de la Escuela Bici Riders. Ahí motiva a las generaciones más jóvenes a subirse a la bicicleta y a aprender a dominarla en los cerros.

“A los papás que ven interés de sus hijos por la bicicleta y el Mountain Bike siempre les digo lo mismo: Apóyenlos. A pesar del riesgo de andar en bici, las peladuras, el apoyo es fundamental. Hay que darles las herramientas y apañarlos”, declara. La bicicleta es un complemento valioso para el estudio, reconoce.

Como escuela, lo primero que hacen es hacer que los niños puedan desenvolverse bien en la bicicleta, subir y bajar cerros, saltar y doblar correctamente. Les entregan herramientas para orientarse y andar bien. La primera etapa es de 4 a 9 años, mientras que la segunda (martes y jueves) que van de 10 a 18 años.

El entrenamiento es a aprender bien descenso en cerros y la meta es poder conformar el equipo de carrera de Bici Riders. Esa es una de las metas que posee Kike, quien se entusiasma contándonos historias deportivas y sus anécdotas.

Su hijo Luciano, quien tiene 4 años, ya está aprendiendo la soltura y técnicas de su padre. Eso lo pone muy contento, ya que ha sido un aprendizaje en que su hijo demuestra mucho interés.

“Los invito a que vayan a probar, que vean cómo funciona la escuela. Los niños sociabilizan bastante, hacen amigos y aprenden a no frustrarse. Sirve harto y crecen mucho, es muy motivador”.

Enrique Génova MQC
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